CUARTETO CON SU FLAMANTE BEADY EYE, LIAM GALLAGHER (A LA DERECHA) COMBINA LA ENERGÍA DESBOCADA DEL PUNK CON ESTOCADAS DEL GLAM ROCK. SU PRIMER ÁLBUM SALE AQUÍ EL MARTES 8.
Un Oasis sin Noel
Beady Eye. El nuevo grupo del ex Oasis Liam Gallagher vuelve a las fuentes en su CD “Different Gear, Still Speeding”.
Finalmente, las aguas se dividieron en ese yacimiento de himnos de los noventa que fue Oasis. La lógica indica que, al soltar amarras, Noel se cargó con toda la sensibilidad pop ( Wonderwall , Live Forever , Don’t Look Back In Anger , etcétera), mientras que su hermano Liam se llevó a las patadas esos momentos de arrogancia y prepotencia hooligan ( Supersonic , Cigarretes & alcohol , Roll With It y otro largo etcétera). Cada Gallagher por su lado. Con escuchar Beady Eye y contemplar el pasar sereno de Noel, podemos asegurar que la especulación no falló.
Amparado en un rock clásico, sin pretensiones y con mucho conocimiento de causa, Liam hace estallar su gola en Different Gear, Still Speeding , un debut favorable por donde se lo oiga. Olvidémonos del cantante renovando su carnet del Club de bocones del rock británico al aseverar que su flamante álbum es mejor que Definitely Maybe , aquel inoxidable debut de su ex banda. Tampoco nos quedemos con sentencias petulantes del estilo: “ Beady Eye será más grande que Oasis”. Seguramente, ello tenga que ver con la épica de una de las voces más expresivas de las últimas décadas.
Obviando comparaciones y polémicas, Liam, Gem Archer, Andy Bell y Chris Sharrock (o sea: Oasis sin Noel) regresan a las fuentes y construyen canciones con formato de single de tres minutos. Combinando la energía desbocada del punk con las estocadas del glam rock de T Rex o Gary Glitter, que coronan ese sentimentalismo beatle a flor de piel, Beady Eye consigue un resultado óptimo para su ópera prima. Obviamente, en la mente del cuarteto no figura torcer el rumbo de la música popular contemporánea.
De hecho, si se quiere, aquí no vamos a encontrar nada que no hayan intentado en plena efervescencia britpop proyectos como Ocean Colour Scene, Heavy Stereo (comandado por Archer, justamente) o Cast, entre otros. A pesar de que, de entrada y con su grupo incendiándose, Liam repita a manera de mantra “Nada dura para siempre” ( Four Letter Word ). Un fuego que se propaga a la segunda pista ( Millionaire ) donde el espíritu de Jagger y Richard parece merodear sin tapujos. De allí al estribillo redentor que los Beatles hicieron marca registrada, hay sólo un paso y uno de los puntos altos del convite: The Roller .
Precisamente, en Beatles and Stones (junto a Standing On The Edge Of The Noise , otro rockito) el Gallagher menor y sus muchachos fusionan la raíz más rhythm & blues de los dos dioses citados. Enseguida, utilizando una armónica que cruza la composición y le otorga colores ruteros, Wind Up Dream rescata el entusiasmo de The Faces, mientras que su aliado estético, Bring The Light , se sostiene sobre coros de negras y un ritmo vertiginoso. Para el paso siguiente, For Anyone se edifica desde una guitarra acústica, pergeñando un tema de fogón irresistible. A su lado, Kill For A Dream es de esas baladas redentoras que tan bien macera el Gallagher mayor.
Sobre el cierre, la psicodelia que Oasis siempre trató de sondear se proyecta en Wigwam y The Morning Son (¿versión 2011 de Champagne Supernova ?). En el medio de ambos, se enclavan Three Ring Circus y The Beat Goes On (puro preciosismo pop estilo Paul McCartney), otros dos frescos ejercicios de estilo que harán las delicias de propios y ajenos. Liam lo hizo… ¿Noel lo conseguirá?
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